Por Gianfranco Napolitano. – En medio de la actual pandemia Venezuela se encuentra nuevamente en el ojo del huracán, y no precisamente por el Coronavirus, si no por violaciones de Derechos Humanos luego que Michelle Bachelet la alta comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos, presentara un nuevo informe con respecto a la crisis en el país caribeño.
En el informe documenta 38 presuntas ejecuciones de jóvenes entre mayo de 2019 y mayo de 2020 a manos de las FAES y otras ramas de la dictadura chavista.
También, las graves violaciones a los derechos económicos y sociales de los venezolanos debido a sus bajos salarios, los altos precios de los alimentos, constantes penurias de los servicios públicos, precario acceso al sistema de salud.
Sin dejar de condenar las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia contra los partidos opositores Primero Justicia y Acción de Democrática, y el nombramiento de un nuevo Consejo Nacional Electoral.
Este hecho sin duda representa un duro golpe al régimen del dictador Nicolás Maduro ante la Comunidad Internacional, ya que expone los crímenes de la dictadura, las violaciones de los derechos humanos, la falta de condiciones para procesos electorales creíbles y democráticos.
También, hechos como la violación a la libertad de expresión y derecho a la información, las detenciones ilegales y arbitrariamente del personal de la salud, periodistas, personas que protestan por la carencia de servicios públicos, entre otros problemas que persisten en Venezuela.
Este documento deja por escrito la grave situación que hoy atraviesa Venezuela y nos deja claro que no será una crisis olvidada, no se encuentra sola, hay quienes luchan y persisten en causa de la democrática en el plano internacional.
Con esto, no nos queda más que insistir a la comunidad internacional a recurrir a esta denuncia realizada por la ONU, para continuar con más fuerza y presión sobre la dictadura que hoy gobierna a Venezuela.