Por Gianfranco Napolitano. – Este año ha sido marcado por el Covid-19, la pandemia desvió todos los intereses humanos y de la sociedad en todo el mundo. Pero, en el caso de Venezuela, que ya tenía una crisis multidimensional, esa crisis se ha acelerado.
Problemas que a diario millones de venezolanos padecen en el país como la escasez de combustible, el colapso de los servicios básicos, el desempleo, la hiperinflación, catástrofe económica, el fatal estado de la salud pública, son algunos de los tantos problemas, que día a día destruyen cualquier índice de tranquilidad y esperanza en el país.
Es por ello que hemos visto muy frecuentemente diferentes protestas y manifestaciones en todo el territorio nacional.
Sin embargo, el régimen de Nicolás Maduro solo quiere que se escuche una sola voz, la de la dictadura, y busca de cualquier manera callar al pueblo.
El abuso de poder de manera arbitraria es común, vulnerando el libre ejercicio de los derechos civiles, políticos, económicos y sociales, el respeto a la vida, la integridad física, la libertad de opinión y de expresión.
El gobierno se goza del abuso del poder, a través de la persecución y represión en contra de los líderes de oposición, los defensores de derechos humanos, los comunicadores, el gremio de la salud y, en general a cualquier ciudadano.
Como ejemplo más reciente de esas represiones, tenemos las denunciadas por la ONG Provea , de un joven pescador asesinado en el estado Zulia por protestar por combustible.
“Joe Luis Albornoz Paz de 19 años se suma lamentablemente a la lista de personas asesinadas por el uso de armas de fuego en el control de Protestas y por los altos niveles de impunidad que favorece la repetición de tales acciones represivas letales #Zulia #17Julio.”
Este caso, según provea, suma a 3 personas asesinadas por protestar “eleva a tres las personas asesinadas en contexto protestas en 2020″, al recordar que el 23 de abril «fue asesinado» otro manifestante en el estado Bolívar y en mayo otro hombre murió cuando protestaba contra los fallos eléctricos en el estado Mérida.
Además de esas protestas, también se han originado en el sector petrolero. Una de ellas es en la refinería El Palito, en el estado Carabobo, donde los trabajadores han amenazados en renunciar masivamente sino, le restituyen sus derechos, así lo manifestó el directivo de la (FUTPV), Eudis Girot.
En el caso del complejo refinador Paraguaná, el directivo sindical Iván Freites, manifestó junto con un importante número de trabajadores, reclamos sobre mejoras salariales y restitución del sistema de salud, los cuales están ausente desde el año 2018.
Por otro lado, en el estado Zulia los trabajadores del Muelle La Salina, reclaman un Bono de 150$ ofrecidos por la empresa para paliar la grave crisis económica que están atravesando los trabajadores y su núcleo familiar, el cual tampoco le ha sido cancelado.
Todas estas protestas has sido reprimidas por los organismos de seguridad del régimen, trayendo como consecuencia trabajadores maltratados y detenidos. De esta manera el régimen de Nicolás Maduro le paga a sus trabajadores la lealtad que han tenido con ellos, todos estos años que se han mantenido en el poder.
Los venezolanos están fatigados, de tantas injusticias, necesidad y miseria, es por ello que muchos deciden alzar su voz, y protestar, para lograr una mejor calidad de vida, la cual merece todo ser humano, aunque a muchos le haya costado la libertad y en los peores casos la vida.
El país necesita urgente un cambio en la política, debe imponerse de manera transparente y justa, un gobierno apegado a la democracia. Esperamos con ansias que ese día llegue.